De fábrica impulsada por vapor a impulsar la autogestión

En 1878, se inauguró la “Fábrica de Hilados y Tejidos de Algodón, blanqueo, estampados y aprestos de Juan Batlló” en los terrenos de la masía de Can Mangala del recién anexionado a la ciudad de Barcelona municipio de Sants, concretamente en el barrio de la Bordeta. Esta fábrica inicialmente constaba de un único edificio del ingeniero Juan Antonio Molinero. Debido al crecimiento de la empresa, esta requirió de nuevas naves que fueron creciendo al alrededor de la nave original. En 1892, tras la muerte de Juan Batlló, sus sobrinos siguieron el negocio hasta la Guerra Civil, que vivió una colectivización que transformó parte de esta en la fábrica de industria de guerra F2 donde se fabricaban explosivos para el gobierno republicano. Tras la muerte de Juan Batlló, en 1892, sus sobrinos siguieron el negocio, hasta traspasarlo en 1943 al empresario y bien conectado con el régimen Julio Muñoz Ramonet, quien a la vez controlaba también la provisión de materias primas de la competencia. En 1964, a causa de la crisis del sector textil, la compañía quebró y Muñoz Ramonet reconvirtió la fábrica en un polígono industrial, compartimentando las naves en 700 espacios repartidos por los cerca de 10h, que se alquilaron a pequeños industriales como talleres y almacenes.[1]

Gráfico 1. Fábrica de Can Batlló al pie de la montaña de Montjuïc

Gráfico 1. Fábrica de Can Batlló al pie de la montaña de Montjuïc

No hace falta recordar la larga tradición de luchas sociales, políticas y laborales, mayoritariamente de carácter libertario, que han caracterizado Sants y gran parte de la ciudad durante el s. XX. Siguiendo esa conflictividad latente, fue como durante los años 1970 y posteriores, largas y duras sociales y vecinales empezaron a reivindicar una nueva forma de gestionar la ciudad, con el objetivo de horizontalizar las decisiones sobre la gestión del entorno en el cual vivían. En esa dirección se iniciaron luchas en Sants por la recuperación para zonas verdes o equipamientos de algunos espacios en desuso, con futuro incierto o con operaciones especulativas al acecho. Se iniciaron campañas por la recuperación de espacios como las cocheras de los tranvías o las antiguas fábricas de vapor de la España Industrial, el Vapor Vell o Can Batlló. Estas reivindicaciones fueron consiguiendo sus frutos, no sin seguir largos procesos de conflicto con las instituciones. Así, poco a poco, esos espacios fueron municipalizándose. Las Cocheras se transformaron en un centro cívico, la España Industrial mayoritariamente en un parque con algunos equipamientos y el Vapor Vell en una escuela y una biblioteca2.

Estas luchas consiguieron que el Plan General Metropolitano de 1976 considerara que los terrenos de Can Batlló fueran destinados a equipamientos y zona verde. Pero algo más de 40 años costó la negociación entre la familia Muñoz Ramonet, las administraciones públicas y los pequeños industriales afectados. En 2010, viendo el bloqueo de la situación, la “Plataforma Can Batlló és del Barri” se propuso dar un ultimátum que situaba el 11 de junio de 2011 como fecha límite para iniciar la reconversión del espacio. Aquel día, tres columnas de vecinas salieron de tres puntos diferentes del barrio emprendiendo camino en columnas hacia el recinto donde a las 11h se entraba en el recinto para tomar posesión de las primeras naves. Ante la posibilidad de que se cumpliera la amenaza de okupación, el ayuntamiento decidió conseguir acceso autorizado por la propiedad entregando llaves de una de las naves a la Plataforma. Se iniciaba así la creación de lo que hoy en día conocemos como Espai Comunitari Veïnal Autogestionat de Can Batlló.

Esta es la primera vez que en todo el Estado Español se realiza un convenio público mediante el balance comunitario que produce la actividad del centro a través del retorno social en una cesión por un plazo de 50 años (distribuidos en 30 años más dos prórrogas de 10 años). Este retorno social se cuantificó en 2017 en más de 48.000 usuarios en 849 actividades, lo que supuso 82.185 horas de trabajo voluntario y cooperativo.

El modelo autogestionario asumido pretende afrontar el funcionamiento de todo ello con la menor dependencia posible de las instituciones. El espacio se gestiona de forma asamblearia, por ello se reúne semanalmente para realizar su coordinación y mensualmente en asamblea general. Existen diferentes grupos que pretenden cubrir diferentes objetivos, que pasan por la gestión interna; crear redes vecinales y de apoyo mutuo; gestión del espacio público y comunitario; cultura y ocio; educación y formación; cooperativa de vivienda; actividad económica entorno a modelos cooperativos de economía social y solidaria; etc.

Gráfico 2. Una de las primeras asambleas en el interior del espacio

Gráfico 2. Una de las primeras asambleas en el interior del espacio

Para la transformación del espacio, se trabaja profundamente en dos aspectos concretos: movilidad y usos. Se valoró la importancia de mejorar la conexión entre el tejido de la Bordeta y el interior del recinto. Así se recupera la circulación entre la calle Parcerisa y plaza de la Pelleria que a su vez cruza con el eje entre la calle Constitució y la Gran Vía. También se buscó incrementar la permeabilidad, por lo que se han reducido las barreras que suponían los muros que delimitaban el recinto. Por otra parte, se apuesta por los usos vecinales tanto en el espacio libre como en parte de los edificios existentes como en nuevos. En relación a esto, se apostó por reutilizar gran parte de las edificaciones existentes que se encontraban en buen estado.

En la totalidad del polígono inicial aparecen edificaciones de viviendas y de oficinas de explotación privada, un ambulatorio, una escuela municipal de audiovisuales, el archivo municipal, pistas deportivas que incluirá campo de fútbol del equipo local (U. E. Sants)…

Entre los espacios que encontramos gestionados por la asociación del ECVA Can Batlló podemos encontrar: diferentes salas polivalentes, la biblioteca Josep Pons, una cantina, un auditorio para unas 150 personas, rocódromo, sala de serigrafía, sala de costura, comedor, taller de infraestructuras, carpintería, taller de artes, imprenta colectiva, taller de cerveza, archivo de movimientos sociales, espacio de circo, corre-can, huertos, escuela de oficios, talleres mecánicos y de movilidad, cooperativas de diversa índole (de consumo, de impresión, de educación…), Coopolis (fomentadora, formadora, incubadora y acompañante de cooperativas) y la cooperativa de vivienda La Borda.

Oriol Rigola
Participante del ECVA Can Batlló

1 “Inventari de Can Batlló. Teixint una història col·lectiva” D.D.A.A., 2014 Ed. Riera De Magoria, capítulo “Dels Batlló als Muñoz” de Agustí Giralt.

2 “Centre Social de Sants: una experiència associativa” Josep Martí Gómez i Josep Marcè i Fort, 1996

Article publicat al llibre “Restos y rastros.
Memorias obreras, patrimonio y
nuevos usos de los espacios industriales”
Ed. El Viejo Topo, 2020

Cambiarlo todo: Comités en Defensa de la República Catalana

El conflicto en Cataluña está lejos de resolverse. La región lleva casi cinco meses intervenida por el gobierno español y varios referentes y políticos independentistas permanecen presos o exiliados. En ese particular contexto crecen los CDRs, espacios asamblearios que nuclean a cientos de personas en diferentes barrios y pueblos para luchar a favor de la independencia. La organización recupera la tradición anarquista y de izquierdas de la historia catalana, en el marco de un movimiento independentista que paradójicamente tiene su mayor representación institucional en un partido político que acumula casos de corrupción y políticas neoliberales.

Por Lucía Maina para La tinta

El independentismo catalán se parece a un caleidoscopio: según cómo lo miremos y hacia dónde lo hagamos girar, la cosa puede tomar una forma u otra, las piezas pueden unirse o separarse, tomar un rumbo u otro bien distinto. El movimiento soberanista en Catalunya puede verse como un reclamo de la burguesía por concentrar recursos en la región más rica del estado español; una estrategia de la clase política que apela al nacionalismo para capitalizar una reivindicación masiva; o una vía que el pueblo ha encontrado para romper con la monarquía y avanzar hacia un cambio social. Ésta última es quizás la versión que más se acerca a los Comités en Defensa de la República (CDRs), un espacio asambleario que recupera la tradición anarquista y de izquierdas de Cataluña y los aires revolucionarios que brotaron del 15M.

Los CDRs surgieron primero como Comités en Defensa del Referéndum en octubre de 2017, en el marco de la votación que se celebró el primero de ese mes y que se volvió un momento bisagra para Catalunya. Después del triunfo del sí en las urnas, el Parlamento catalán constituido por una mayoría independentista aprobó el 27 de octubre una declaración en la que proclamó el establecimiento de la República Catalana como “Estado independiente y soberano, de derecho, democrático y social”. Cuarenta y cinco minutos después, en Madrid, el Senado aprobaba la intervención de la región, medida que continúa hasta hoy y que supuso el cese del presidente de la Generalitat Carles Puigdemont y su gobierno, la restricción de los poderes del Parlamento y la convocatoria a elecciones.

En los meses que siguieron hubo detenciones a diversxs referentes y políticxs del independentismo, algunxs de los cuales aún hoy se encuentran en prisión preventiva acusadxs de sedición.  Otrxs se exiliaron en Bruselas, entre ellos el propio Puigedemont. En gran parte, es esta inhabilitación de los líderes del movimiento la que ha impedido hasta ahora la investidura de un nuevo presidente de la región por parte del parlamento catalán, que nuevamente posee una mayoría independentista después de las elecciones de diciembre pasado.


Mientras tanto, cada semana se repiten las manifestaciones que reclaman “libertad a los presos políticos”; los lazos amarillos, símbolo de este reclamo, se multiplican en todos lados, y miles de vecinxs se reúnen en asambleas, asociaciones y partidos políticos para avanzar hacia la soberanía.  


Oriol me espera en un atardecer de febrero en Barcelona, parado debajo de un mural inmenso que dice “Poder Popular”: es la puerta de Can Vies, centro social ocupado del barrio de Sants. Él integra el Comité en Defensa de la República de esa zona, que es tan solo uno de los alrededor de 200 CDRs que se han conformado en diferentes barrios de la capital y  en los pueblos catalanes.

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Foto: Lucía Maina

La última vez que estuve en este mismo lugar fue el 29 de mayo de 2014: el mismo día que en Argentina conmemoramos nuestro Cordobazo, en este barrio barcelonés se realizaba una revuelta popular que impidió el desalojo de este centro autogestionado, que ahora ya lleva 20 años funcionando. El fuego brotaba en esquinas y contenedores, y miles de personas corrían por las calles angostas perseguidas por los disparos de los Mossos d’Esquadra, la policía catalana. Paradójicamente, en estos días, la Justicia está investigando a la cúpula de ese cuerpo policial, acusada de haber actuado a favor de los independentistas durante el referéndum del 1 de octubre.

Oriol me aclara que él esta aquí para hablar como integrante del Comité en Defensa de la Republica del barrio de Sants, y no en nombre de Can Vies, ya que en la casa no hay consenso sobre el apoyo al independentismo. Cada hecho, cada rincón expresa lo caleidoscópico de este movimiento, que une y divide posturas hacia dentro y hacia fuera de todos los sectores y clases sociales.

Defender las urnas, enfrentar la represión

“En cada lugar y en cada población los CDRs surgen de formas distintas”, empieza explicándome Oriol. Aquí en Sants, me cuenta, el espacio se formó en septiembre pasado como una asamblea abierta a distintas personas y organizaciones para aunar esfuerzos en garantizar el referéndum y enfrentar la represión que se veía venir. Las características y posiciones de los distintos comités también varían, agrega, especialmente entre aquellos que funcionan en Barcelona y las organizaciones del resto de Catalunya, porque “en el interior la cultura es más conservadora y en un CDR de un pueblo de 500 personas, por ejemplo, está todo muy mezclado”.

—¿Quiénes participan de los CDRs? ¿existe cierta unidad dentro de la organización?

Ha habido diferentes fases. En un primer momento aparecía esa fase de represión y mayoritariamente fueron movimientos sociales. Además aquí ni tan solo se llamaba CDR cuando apareció, sino que eran como grupos de barrios, de pueblos. Cuando se vio que en el referéndum había algo más que organizar, que había que defender colegios y proteger a la gente que pudiera hacer cola para ir a votar, entonces ya se hizo más amplio. Participaron  padres, madres, grupos de escuelas que aquí les llamamos AMPA (Asociación de Padres y Madres de Alumnos), gente que quería votar, gente de movimientos sociales, y así se empezó a organizar la defensa de lo que sería el referéndum.

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—Antes de que llegara el 1 de octubre ya hubo una organización bastante horizontal para traer las urnas…

—Si, esta parte es bastante simbólica porque las urnas las trajeron desde un pueblo de Francia donde muchos refugiados republicanos estuvieron en un campo de concentración cercano cuando acabó la guerra civil. Hubo gente que hizo una excursión hasta allí para buscar las urnas, las tuvo escondidas en su casa durante el tiempo que hizo falta, hablamos incluso de meses.


Yo no sé qué es lo que esperaban que sucediera desde las instituciones, pero si no hubiera sido desde la auto organización de las personas de todos los pueblos las urnas no hubieran llegado y esto no hubiera pasado. Además de todo lo que supuso la resistencia o la permanencia de gente que hubo en las escuelas durante todo el fin de semana para que pudieran estar abiertas el domingo como colegio electoral.


—¿En ese momento ya estaban constituidos los CDRs?

—Eso depende de cada lugar. Actualmente sí que los CDRs están empezando a tener una organización relativamente estática, para coordinarse entre ellos y de funcionamiento y demás pero hasta este momento han funcionado como lo hacen la mayoría de colectivos y organizaciones federales o confederales. En Barcelona hay comités en varios barrios, prácticamente en todos, que hace que te encuentres en una territorial, que después va a una territorial más arriba. No hay una jerarquía marcada porque la gente que va a estas asambleas va cambiando. La idea es que sea lo más asambleario y horizontal que se pueda.

—¿Existe una instancia de decisión común de todos los CDRs de Catalunya?

—La idea parte de todas las estructuras federales o confederales que ya se ponen en práctica; ya hay muchos sindicatos, por ejemplo, que trabajan de esta forma, las CUPs –partido independentista de izquierda- también dicen trabajar asambleariamente. Es una práctica que para la mayoría de los movimientos sociales ya era bastante conocida y que es novedosa para mucha gente que hasta ahora no había participado en ningún colectivo, ni tan solo se había planteado nada de política en su vida y ahora, con la participación en los CDRs, han encontrado una manera de sentirse útiles o de empoderarse: que tus decisiones tiren adelante con la complicidad de otra gente y como mínimo no encontrarte solo y sin amparo delante de todo lo que nos está cayendo.

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Foto: Lucía Maina

—Imagino que mucha participación surgió a partir del 1 de octubre y de la represión que se vivió ese día…

—El 1 de octubre fue un revulsivo para gente que aún no estaba del todo convencida. La represión de la mañana hizo que gente que estaba un poco al margen y no quería implicarse en el referéndum se apuntara por la tarde. Fue una bestialidad sin proporciones e hizo que mucha gente se cuestionara muchas cosas.


El mismo referéndum ya planteaba dos grandes hechos: uno el debate entre lo que es legal y lo que es legítimo y por otro la desobediencia. Cuando cuestionas las leyes porque no te las crees tienes que plantearte una desobediencia y cómo tiene que ser.


Aquí la opción que eligió la gente es el hecho de intentar evitar al máximo cualquier respuesta violenta a la agresión que pudiera haber, hacer resistencia pacífica a la actuación policial.

—¿Hubo nuevos hechos de represión en todo este tiempo?

No, por suerte la violencia del 1 de octubre no se volvió a repetir. Hubo posteriormente dos huelgas generales, el 3 de octubre y el 8 de noviembre y fueron manifestaciones masivas, totalmente pacificas, y no hubo ningún choque en la calle ni piquete. De todas maneras si hubo situaciones con la policía en pueblos, por ejemplo en Calella la Policía Nacional se alojaba en un hotel y fue gente a manifestarse para exigir que los cambien de sitio. Una noche los policías salieron del hotel y se dedicaron a meterle palo a todo el que anduviera en la calle: incluso se pudieron ver en la televisión algunos policías haciendo saludos fascistas, pidiendo a gritos que los dejaran actuar.

—¿Cómo se está viviendo en la población y en las organizaciones sociales la intervención de la región desde Madrid con la aplicación del artículo 155?

—A nivel de la población general el 155 no ha afectado a grandes niveles, ha afectado a aquellos que trabajaban para la administración porque si que ha habido recortes en algunos puestos de trabajo que dependían de la Generalitat, y todo lo que depende de una subvención o presupuesto de la Generalitat ha quedado parado. La población de la calle no ha notado esa presión del 155, a excepción de que se han cargado el gobierno, han encarcelado a políticos, a dos líderes de entidades políticas y a una parte del gobierno que está en el extranjero. Desde los CDRs la idea es que una vez pasado el referéndum hay que hacerlo efectivo. Cuando hubo la proclamación de la república, entre muchas comillas, se dio un paso más también aprobando una ley de transitoriedad jurídica que suponía salirse ya del marco jurídico del estado español. Los CDRs entienden que en la situación actual lo que se debe hacer es afrontar que ya se ha iniciado el proceso para tirar hacia adelante la república. Yo por ejemplo participo de la comisión de Procés Constituent dentro del comité, con la idea de plantearnos qué forma debe tener esta república que se quiere crear a nivel sanitario, educativo, legal.

Entre las instituciones y las calles

Algunas de las miles de personas que hace años o hace meses se han subido al tren del independentismo han sentido en la piel la mayor experiencia política de sus vidas. Han amasado con sus manos la posibilidad de decidir y debatir cómo vivir y cómo organizarse en su comunidad local y han puesto sobre la mesa las preguntas censuradas desde el fin de la historia por el mundo global del capital. Han abrazado la esperanza de “canviar-ho tot”, de cambiarlo todo, aquí y ahora. Así lo repiten las consignas del sector más anarquista o más a la izquierda del independentismo catalán, independentismo que paradójicamente tiene su mayor representación institucional en Convergència i Unió, partido que aglutina a gran parte de la burguesía catalana y acumula en sus largos años en el poder casos de corrupción, medidas antipopulares y políticas neoliberales.

—Teniendo en cuenta que ideológicamente hay una diversidad tan amplia dentro del independentismo ¿Que se está pensando sobre la república que se quiere construir en cuanto a lo político, lo social, lo económico?

—Nosotros desde Procés Constituent no queremos plantear un modelo cerrado de constitución o de modelo social sino que buscamos que sea la misma población la que acabe generando su discurso. Ahora mismo, desde el CDR de Sants pero como proyecto que queremos trasladar al resto de CDRs de Catalunya, hemos creado unas encuestas para que la gente vaya respondiendo qué modelo de sanidad, de cultura, de educación, etc. quiere para esta futura república. También para llevar un poco la contraria a los movimientos tan ultraliberales que existen por el otro lado,  y que ya han escrito no sé cuantas constituciones, creadas por expertos en cada uno de los temas.

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Foto: Lucía Maina

—¿Te refieres a constituciones creadas desde dentro del independentismo?

—Si, dentro mismo del independentismo. No nos podemos engañar de que tenemos una parte de burguesía que también apuesta por esta república y por esta independencia, pero por suerte cada vez es más minoritaria. Podemos decir que la mayoría de la gente de la independencia apuesta ya por modelos sociales diferentes viendo lo que es este modelo liberal y de Unión Europea que tenemos.


Aquí, un tiempo antes del referéndum, hubo una macro manifestación para pedir la acogida real de los refugiados, esto en el resto de Europa no se ve: más bien todo lo contrario, el fascismo y el nazismo ha crecido enormemente y en cambio aquí somos más propensos a planteamientos de izquierdas. Yo tengo esa esperanza de que la parte de la población catalana que siempre ha querido tener un ideario de izquierda sea la que consiga crear ese modelo social.


—Volviendo al momento actual, ¿cuál es tu postura en cuanto a la investidura del presidente y a la posibilidad de que Puigdemont asuma desde el exilio? ¿Qué debate se está teniendo desde los comités sobre la situación del gobierno?

—No sé si se está teniendo demasiado debate… Sí que nos afecta, porque al final las instituciones son las que se supone que tienen que acabar recogiendo el fruto de lo que estamos haciendo, pero desde los CDRs ha quedado un poco claro que si no es por la gente las instituciones no mueven nada. Todo lo que pueda venir de aquí hacia adelante, si no sigue con una presión constante desde la calle, nos hará ir retrocediendo otra vez a una situación como la que teníamos hasta ahora: una autonomía subyugada. Y no sé si la gente está dispuesta a aceptar este retroceso después de haber recibido los palos del 1 de octubre y todo lo que ha pasado. Entonces la investidura al fin y al cabo son luchas de poder entre partidos y quien pueda conservar la silla. Entiendo la presunta legitimidad del gobierno, que lo han echado y que tiene sentido que vuelva, pero si realmente se cree en el discurso y el proyecto político que defienden lo último que debería importar es el nombre de la persona que tire hacia adelante ese proyecto. Lo más importante es que se cree un gobierno del pueblo.

*Por Lucía Maina para La tinta

Publicada el 16 de març del 2018 al La Tinta (Argentina)

Espai Obert, 20 anys no són suficients.

Que la bombolla immobiliària ha tornat amb més força que abans és un fet prou conegut i del que se’n parla arreu. Que un dels principals motius d’aquest fet és una altra bombolla que creix entorn del turisme tampoc és cap secret. I que tot això comença a afectar a la població en forma d’encariment dels lloguers i del cost de la vida en general també és prou conegut. La part que no és tan coneguda, és la que afecta el teixit associatiu del barri i de la resta de la ciutat, per a aquelles entitats que paguen un lloguer per al local que utilitzen per a les seves activitats.
L’Espai Obert és una col·lectivitat de col·lectius llibertària, autogestionada i assembleària amb més de vint anys d’existència i que en un primer moment s’ubicà en ple Paral·lel de Barcelona, degut a l’estret vincle que manté aquesta entitat amb el barri del Poble Sec. Aquest local aviat seria un lloc de referència per a moltes lluites: antimilitaristes, anticapitalistes, ecologistes, antiglobalització, pro-escoles lliures, contrainformatives, okupació, etc. Allà es coordinaren i naixeren molts moviments socials. La propietat de l’edifici on nasqué aquesta entitat tenia, però, uns altres objectius i decidir finar l’arrendament per enderrocar l’edifici de dues plantes per fer-hi una residència d’estudiants de set plantes i 97 habitacions. L’Espai Obert hagué de mudar-se i féu lluny de la seva ubicació original, tot traslladant-se al barri de Sants. Aquest trasllat la portaria al local actual on després d’un any de reformes, l’entitat engegava de nou en aquest nou espai, tot sumant-se al teixit associatiu del nostre barri. Fa cosa d’un any, s’iniciava un procés d’assetjament cap aquesta entitat que començà amb un requeriment de llicència d’activitats; l’aparició d’un pis turístic sense llicència, amb connivència de la propietat, en el mateix edifici; i una rescissió de contracte si no s’acceptava un augment del lloguer en un 40% inicial que aniria creixent. Aquesta situació ha portat al límit a l’entitat que ara afronta el seu futur deixant l’actual local, situat al c/Violant d’Hongria, 71, per cercar-ne un de nou on allotjar-se.
Article per a La Burxa 212 – juliol del 2017

Venent la teva vida

Hem comentat en algun article que en el món capitalista res és gratuït, ni tan sols allò pel que no pagues. Totes aquelles que utilitzem internet, cedim en major o menor grau, part de la nostra vida a empreses amb més o menys escrúpols que mercadegen amb les nostres dades. S’ha parlat força, tot i que mai és suficient, sobre l’ús que fan les xarxes socials sobre les dades que tan inconscientment posem en les seves mans. Hi ha empreses que amb els nostres missatges, fotos, compres, cerques, geo-localitzacions, consultes mèdiques, etc. estudien els nostres hàbits, gustos, localitzacions, orientació sexual, salut, moviments, viatges, compres, creences, etc. Aquestes informacions formen part de la nostra vida i de la nostra privacitat, ja que podem considerar-les entre les més íntimes de la vida d’una persona.

Ara com ara, la legislació només permet utilitzar aquesta informació per a finalitats estadístiques, impedint que aquestes dades puguin ser vinculades directament a una única persona. Malauradament aquesta protecció es troba en perill. El passat més de març els Estats Units aprovava, amb pocs vots de diferència, una llei sobre la “broadband privacy” (la privacitat de l’amplada de banda). Les implicacions d’aquesta nova normativa recauen directament sobre la garantia de privacitat de la xarxa. La llei permetrà la difusió incontrolada de dades personals, quan fins ara les empreses que tenien aquestes dades estaven obligades a informar a les usuàries de l’ús que en feien. De la mateixa manera, les empreses proveïdores d’internet podrien també mercadejar amb les dades que circulen per les seves xarxes. Aquesta llei només aplica als Estats Units i algunes empreses ja han mostrat la seva oposició a participar d’aquest mercadeig i, fins i tot, algunes s’estan traslladant a altres països com Canada per esquivar-la. Ara com ara, tampoc les usuàries de països exteriors als EUA es veuran afectades. Tot i això, mai s’està prou alerta quan es parla d’assegurar la nostra privacitat.

Més enllà de la part teòrica-tècnica-discursiva, la normativa permetrà a qualsevol persona o empresa comprar dades privades sobre una persona. Podríem veure empreses no contractar a candidates perquè han vist cerques sobre una malaltia que pot suposar moltes baixes, immobiliàries que no lloguin a qui tingui correus-e amb Sindicats de Llogaters, que un banc denegui un crèdit perquè vegi que recolzes la insubmissió a la banca, que pateixis mobbing perquè saben que molta gent busca pis al teu barri, que apareguin fotos particulars en publicitat o vídeos íntims en webs pornogràfics sense autorització o que algú miri quin menjar acostumes a tens a la teva nevera domòtica de darrera generació entre altres.

La pregunta és més important del que sembla: Fins on vols que arribi la teva intimitat?

Article per a La Burxa 211 – Maig del 2017

40 anys d’Ateneu Llibertari de Sants

Enguany s’acompleixen diversos aniversaris d’aquells de números rodons, entre ells, els dels 20 anys del desallotjament del Princesa, de l’okupació del CSOA Hamsa, de l’Espai Obert… Però si hi havia una altre cosa s’havia de celebrar era la del naixement de l’Ateneu Llibertari de Sants. Coneixem de l’existència d’un parell de locals que havien acollit ateneus llibertaris en les nostres contrades d’abans del franquisme, sembla que un d’ells actualment acull l’Ateneu Popular de Les Corts, i es que la història ateneista ve de lluny i ha realitzat grans aportacions a la nostra societat i als moviments socials. Així fou com un grup de gent iniciava en 1976 l’apertura d’aquest Ateneu Llibertari de Sants de l’època de la transacció en el carrer Burgos 55 que perduraria fins el 1982. Si bé els ateneus previs al 1939 tenien com objectiu principal el de fer de pont entre els obrers i la idea de transformació social llibertària, aquest ateneu prendrà com un dels seus eixos de treball el de la participació en la mobilització veïnal, al marge de les associacions veïnals del moment copades pel dirigisme del PSUC i de caràcter poc assembleari; altres eixos de treball serien entorn el feminisme, el món laboral o l’ecologisme, etc. Per celebrar aquesta efemèride, el passat 18 de juny va tenir lloc una jornada amb diferents activitats que començaren amb una taula rodona amb representants de diferents espais i grups de caràcter llibertari que des de llavors han prosseguit amb la tasca de difondre la idea llibertària, posteriorment, un dinar va agermanar diferents generacions que hi participaren i la veu de Mireia Tortosa (Tendur) amaní el sobretaula que portà unes projeccions no anunciades d’un documental sobre els krakers holandesos i una breu peça força desconeguda de les Jornades llibertàries del Parc Güell del 1977.

Article per La Burxa 205 – juliol 2016

Banc expropiat o banc tapiat

El passat 23 de maig va tenir lloc el desallotjament del Banc Expropiat de Gràcia, una antiga oficina de Caixa Tarragona que des de l’octubre del 2011 desenvolupava un ús social de mans de persones que l’havien volgut recuperar de les mans de l’especulació. A dia d’avui, resulta impossible conèixer la quantitat exacta de milers de milions d’euros que l’estat ha aportat en el rescat financer de la nacionalitzada Catalunya Caixa, l’entitat resultant de la fusió que absorbí Caixa Tarragona, i actualment resta en mans del BBVA. Aquesta nacionalització resultà una injecció de capitals a fons perdut de la que se’n desconeixen els beneficiats. Accions com la del Banc Expropiat, lluny de ser legals, poden quedar legitimades en quan pretenen retornar al poble allò que els hi ha estat pres. Aquest centre social va acollir durant els seus 4 anys i mig de vida nombroses activitats socials. Així ho va arribar a reconèixer l’entusiasta de l’autogestió i ex-alcalde de Barcelona, Xavier Trias. De fet, fou aquest el que decidí donar uns generosos 66.500 euros (uns 5.500 mensuals) a la propietat que feu el negoci de comprar el local a l’entitat nacionalitzada en concepte de lloguer, serveis i en pro de la pau social. El local havia passat a pertànyer a Antartic Vintatge, propietat de l’empresari Manuel Bravo Solano. Aquest, està vinculat a un entramat d’empreses del sector immobiliari que comparteix amb alguns membres de la seva família. Per un altre costat, i davant d’un possible contagi de la pandèmia de l’Efecte Banc Expropiat, Isidro Fainé, abans de prendre consciència i redimir els seus pecats presidint la Fundació CaixaBank decidí protegir les propietats de La Caixa tot tapiant-ne les oficines bancàries abandonades que pocs dies abans havien estat denunciades públicament per solidàries amb el Banc Expropiat. A finals de maig, només a la triada Sants – Hostafrancs – La Bordeta, s’havien localitzat una quinzena de locals en desús on hi havia hagut entitats bancàries, de les que mitja dotzena varen ser tapiades en un sol dia, davant de les estupor de moltes veïnes que encara a dia d’avui es pregunten si disposaven de llicència d’obres.

Article per La Burxa 205 – juliol 2016

Preguntas y respuestas para la Internacional Aborigen

Como sabéis, a finales de mayo se produjeron durante varios días disturbios en el barcelonés barrio de Gracia.

El País – 16 heridos y un detenido tras el desalojo de un banco ‘okupado’ en Barcelona

El Periódico – La batalla campal en Gràcia se salda con 15 heridos y un detenido

El motivo, el desalojo del Banc Expropiat. Una factoría de trabajo y proyectos solidarios, insertado en el epicentro del popular barrio de Gracia. La protesta de los jóvenes y vecinos saltó a la calle y durante varias jornadas se reprojeron los incidentes, con un alto saldo de heridos y algunos detenidos.

Cadena Ser – Batalla campal entre antidisturbios y jóvenes en Barcelona tras un desalojo

Se volvió a reocupar y a desalojar el banco.

Nació Digital – Els okupes del «banc expropiat» de Gràcia asseguren que han recuperat el local

Directa – Els Mossos desallotgen cinc persones que havien reokupat el Banc Expropiat

Y finalmente la cuadrilla de la ultraderecha mediática arremetió contra okupas, las CUP y la alcaldesa Ada Colau, llegando a inventar acusaciones que implicaban en los hechos a diversor sectores políticos de la izquierda revolucionaria y a grupos concretos.

La Vanguardia – Tres grupos organizados están detrás de la violencia de Gràcia

Negres Tempestes y Áurea Negra: así se organiza la ‘kale borroka’ de Barcelona

Uno de los grupos citados por los medios del revanchismo ultra fue Negres Tempestes. La Internacional Aborigen se ha puesto en contacto con Oriol, uno de sus miembros, y esto es lo que nos ha contado:

1.- Como interpreta Negres Tempestes que desde diversos medios de información de la extrema derecha española se les asocie con los disturbios producidos en Gracia tras el desalojo del banco ocupado.
Existe un intento de criminalización de la disidencia en general, como se ha podido ver reflejado en los medios durante las protestas por el desalojo del Banc Expropiat. Esto lo hacen para legitimar por qué acaban con un espacio como este, obviando todo el trabajo político y social que allí se desarrollaba, así como el debate entorno al rescate de los bancos y la especulación que ha habido entorno a su rico patrimonio.
Nuestro discurso radical, entendiéndolo como transgresor y paliativo de los problemas desde su raíz, resulta de difícil comprensión para aquellos que no ven más allá de su dogma de fé y de su revelaciones llegadas mediante profetas iluminados por la gracia de Dios.
Nuestra implicación en el CSA Can Vies desde nuestro nacimiento, así como nuestra colaboración y solidaridad con múltiples espacios y colectivos puede pensarse que es el motivo por el que nos hayan puesto en su punto de mira. Pero des de nuestra perspectiva, nada más allá de un par de búsquedas por Internet deben haber llevado a un ultra esotérico chaman de España 2000 llamado Ernesto Milà a plantear una conspiranoia en la que sólo olvida añadir a judíos, masones y a los espíritus malignos de Los Amigos de Durruti.

2.- Qué esta sucediendo en Barcelona, como se valora la actual ofensiva contra los espacios autogestionados. Hay incluso quienes interpretan que es una respuesta indirecta a la negativa de las CUP a seguir apoyando la deriva hacia ninguna parte .del gobierno de Junts pel si.
Lo que está sucede en Barcelona es fruto del desencanto y del hastío que produce la sociedad en la que nos ha tocado vivir, consumida por un capitalismo feroz y neo-fascista que mantiene una oligarquía al mando de este tren a punto de descarrilar. Los privilegiados opresores gastan sus cartuchos como si no hubiera mañana y el empoderamiento de la gente cada vez es superior. CyU, mayor aglutinador de la burguesía catalana organizada, está en plena descomposición después de haber controlado la Generalitat durante años como si de su negocio familiar se tratara y de una incursión con el mismo objetivo y que fue efímera y catastrófica, en el ayuntamiento de Barcelona. Las fuerzas emergentes actualmente son los históricos republicanos, nuevos aspirantes al trono catalán, y en la ciudad aparece la vieja izquierda aliada con los comunes. Pero en ambos escenarios aparece la CUP que afirma cuestionar a los de la vieja escuela y a los que se han casado con ella, aún más después de haber plantado al gobierno catalán en el tema de los presupuestos, que ha despertados a los hiper.ventilados del Camamilla Party. Evidentemente los históricos poseedores del trono y que tocaron, por breve tiempo, la llave ciudad están histéricos ante la posibilidad de un destrono definitivo y están forzando la situación al máximo para entorpecerlo. Los del Banc Expropiat, igual que Can Vies en su día, son usados para avivar el conflicto. Ambos proyectos son ajenos a la vida institucional, pero muchas votantes de los comunes y de las cupaires simpatizan con estos proyectos. Los frentes desde los que están siendo atacadas estas opciones políticas, como acostumbra a suceder, demonizando su discurso y su acción. Sus declaraciones con respecto al Banc evidentemente no pudieron ser menos criticadas y criminalizadas.

3.- Dónde se enmarca el trabajo de las militantes de Negres Tempestes y cuáles son sus planteamientos políticos e ideológicos.
Nuestro colectivo nació como un generador de debate. Irrumpimos en los espacios políticos para romper dogmas y desarrollar un discurso comprensible al máximo de personas posibles sobre la libertad de los pueblos y la necesidad de olvidarnos de las viejas y oxidadas instituciones. Apostamos por crear las nuestras propias que nos permitan un nuevo sistema político, económico y social que no necesitan estructuras tales como los estados. Hablamos de autogestión, recuperación de comunales y de una confederalismo de pueblos libres dels Països Catalans. Para ello, nos dedicamos a realizar charlas, debates, actividades culturales, publicación de libros y revistas o realizando rutas históricas. También colaboramos con la Assemblea de Barri de Sants o con otros colectivos o espacios como el CSA Can Vies o el Espai Obert.

4.- A grandes rasgos cuál es la situación de los movimientos sociales y alternativos en Catalunya y Barcelona. Cuáles son las dinámicas principales que están impiusando. Y qué perspectivas de futuro tienen.
Resulta complejo en la actualidad encontrar espacios de confluencia entre estos movimientos pues la sobre-saturación que comportan las dinámicas propias y eso hace que existan un montón de iniciativas des-coordinadas entre sí pero que se aglutinan en momentos que se requiere apoyo mutuo y solidaridad como son los casos anti-represivos o el desalojo del Banc Expropiat. Como consecuencia de esto, en los barrios de Barcelona se están potenciando las asambleas de barrio ya existentes o los nuevos espacios de coordinación vecinal denominados sindicatos de barrio. Esperemos que sigan creciendo y empiezen a coordinarse entre ellos.

Blog de la Aborigenen Internatzionala – Internacional Aborigen

És bona la pirateria?

És molt normal que en les assemblees d’un espai o col·lectiu polític o social es parli de la necessitat de realitzar cartells, revistes o periòdics. Arran d’això, és habitual sentir alguna una persona que diu “El puc fer jo, tinc un Fotoxop piratejat”, “Jo tinc el Indesain baixat d’internet” o “No en sé massa però puc fer alguna cosa amb el Pogüerpoin que em va instal·lar una col·lega”… Però, segurament no heu pensat mai quines són les conseqüències d’utilitzar aquestes eines encara que estiguin piratejades. En un primer moment pot semblar una decisió innocent i, fins i tot radical. Tot allò que conté la paraula “pirata” pot semblar una cosa alternativa. Però fem-nos algunes preguntes abans d’optar per aquesta opció. No sorprèn que de vegades resulti tan fàcil aconseguir la versió pirata de determinats programes? Determinades empreses de programari han estat molt permissives amb la pirateria informàtica amb el simple objectiu de copar el mercat, monopolitzar el sector i mostrar-se com la eina més útil per a realitzar una determinada feina. No us heu plantejat mai que quan volem compartir quelcom que hem fet amb aquestes aplicacions obliguem a l’altra a comprar o piratejar el mateix programa que utilitzes tu? El programari privatiu acostuma a generar fitxers amb formats exclusius que només poden ser oberts amb els seus programes, forçant que s’estengui el programa, de nou, per copar el mercat. Quina conclusió podem treure d’això? Doncs que utilitzar aquests programes piratejats també beneficia a aquestes empreses en tant que n’augmenta la dependència. Així que si realment voleu ser radicals, és a dir, si voleu atacar la arrel del problema, no utilitzeu més aquests programes i passeu-vos als seus equivalents en programari lliure, deixant així de col·laborar amb les grans multinacionals de la informàtica.

Article per La Burxa 205 – juliol 2016

El meu primer record del CSOA Hamsa #Hamsa20anys

El meu primer record del CSOA Hamsa és el d’anar a fer un beure a la kafeta, no feia ni un any que s’havia okupat. Creuar aquella porta de ferro, el soroll de la planxa del terra que donava pas a un passadís il·luminat escassament per una bombeta i al fons una porta que donava a una sala amb una barra, taules i cadires. Al costat de la barra podies trobar-hi un armari que contenia una distribuïdora amb llibres, discos, pins, pedaços, etc. Un petit forat comunicava aquest espai amb la cuina, accessible des del passadís però que sempre quedava mig oculta per la porta principal. A la kafeta existien dos portes més, una que portaven a uns precaris però practicables lavabos, i una altra consistent en un forat a la paret i una planxa de xapa amb una balda gegantina donaven accés a la nau gran. Aquesta tenia el seu principal accés des del carrer amb una gran porta. Allà podíem trobar-hi un escenari i en els darrers temps un taller mecànic. Des d’aquell mateix passadís, del que parlava abans, unes escales portaven a les plantes superiors, on a la primera planta hi havia hagut, si no recordo malament, un petit local d’assaig i una sala on s’hi feien assemblees i projeccions, una planta més amunt hi trobàvem una molt completa biblioteca. Si seguíem pujant, trobàvem un taller d’arts on es feia pintura, escultura, joieria, etc. L’edifici era molt gran i també tenia en una porta al costat de la qual he utilitzat per iniciar el recorregut que donava accés a la part que es va adequar per ser habitatge. La fàbrica Hierros, Aceros y Metales SA (HAMSA) de més de 10.000 m² es trobava en desús des de 1992 i gran part d’aquesta es trobava en un avançat estat de runa.

Evidentment, un espai okupat no es defineix només per la seva arquitectura i el d’aquest potser dels que menys. El CSOA Hamsa va suposar per a molta gent jove del barri conèixer el que permetia l’okupació, la creació d’un espai de llibertat, lluny de tuteles institucionals i d’interessos privats. És per això que aquella idea era tan llaminera i atractiva a la gent que començàvem a estar cansades de paternalismes. Es trencaven amb ortodòxies i dogmes que exercien un control exhaustiu o es mofaven de les campanyes, estratègies o aliances que es buscaven. Sortíem d’una crisi econòmica i de valors, d’una transició que es convertí en una transacció on aquells que s’autoproclamaven d’esquerres es transformaven en botxins de les lluites del moment. Aquelles «esquerres» exercirien la repressió contra els insubmisos, imposaren reformes laborals, crearen les ETT’s, enduriren el codi penal, crearien la gran estafa del Fòrum de les Cultures, imposaven plans urbanístics a cop de garrot (per exemple el Forat de la Vergonya o la rambla del Raval), planificaven calaixos de formigó per sobre les vies on les veïnes demanaven soterraments, permetien la demostració feixista anual del 12 d’octubre a la propera plaça dels Països Catalans, etc. El CSOA fou okupat el 23 de març de 1996, dues setmanes després de l’okupació del Cinema Princesa en ple cor de la ciutat -la Via Laietana-. En aquells moments, l’Hamsa convivia amb el Cinema Princesa, la Vakeria a l’Hospitalet o l’Ateneu de Korneyà.

Per a aquells que ens vàrem iniciar en l’experiència de l’okupació amb el CSA Can Vies, el centre social de l’Hamsa era com una germana gran. Entre ambdós espais es varen teixir xarxes que conjuntament amb altres espais del barri acabarien generant l’Assemblea de Barri de Sants (ABS). Es farien activitats conjuntes, i fins i tot, es compartirien també agendes.

El 4 d’agost del 2004, després de 129 dies de resistència, el CSOA Hamsa sucumbia a les forces de l’ordre que servien els interessos d’una important cadena de supermercats que tenia l’objectiu de construir-hi allà una de les seves superfícies comercials.

és el d’anar a fer un beure a la kafeta, no feia ni un any que s’havia okupat. Creuar aquella porta de ferro, el soroll de la planxa del terra que donava pas a un passadís il·luminat escassament per una bombeta i al fons una porta que donava a una sala amb una barra, taules i cadires. Al costat de la barra podies trobar-hi un armari que contenia una distribuïdora amb llibres, discos, pins, pedaços, etc. Un petit forat comunicava aquest espai amb la cuina, accessible des del passadís però que sempre quedava mig oculta per la porta principal. A la kafeta existien dos portes més, una que portaven a uns precaris però practicables lavabos, i una altra consistent en un forat a la paret i una planxa de xapa amb una balda gegantina donaven accés a la nau gran. Aquesta tenia el seu principal accés des del carrer amb una gran porta. Allà podíem trobar-hi un escenari i en els darrers temps un taller mecànic. Des d’aquell mateix passadís, del que parlava abans, unes escales portaven a les plantes superiors, on a la primera planta hi havia hagut, si no recordo malament, un petit local d’assaig i una sala on s’hi feien assemblees i projeccions, una planta més amunt hi trobàvem una molt completa biblioteca. Si seguíem pujant, trobàvem un taller d’arts on es feia pintura, escultura, joieria, etc. L’edifici era molt gran i també tenia en una porta al costat de la qual he utilitzat per iniciar el recorregut que donava accés a la part que es va adequar per ser habitatge. La fàbrica Hierros, Aceros y Metales SA (HAMSA) de més de 10.000 m² es trobava en desús des de 1992 i gran part d’aquesta es trobava en un avançat estat de runa.

Evidentment, un espai okupat no es defineix només per la seva arquitectura i el d’aquest potser dels que menys. El CSOA Hamsa va suposar per a molta gent jove del barri conèixer el que permetia l’okupació, la creació d’un espai de llibertat, lluny de tuteles institucionals i d’interessos privats. És per això que aquella idea era tan llaminera i atractiva a la gent que començàvem a estar cansades de paternalismes. Es trencaven amb ortodòxies i dogmes que exercien un control exhaustiu o es mofaven de les campanyes, estratègies o aliances que es buscaven. Sortíem d’una crisi econòmica i de valors, d’una transició que es convertí en una transacció on aquells que s’autoproclamaven d’esquerres es transformaven en botxins de les lluites del moment. Aquelles «esquerres» exercirien la repressió contra els insubmisos, imposaren reformes laborals, crearen les ETT’s, enduriren el codi penal, crearien la gran estafa del Fòrum de les Cultures, imposaven plans urbanístics a cop de garrot (per exemple el Forat de la Vergonya o la rambla del Raval), planificaven calaixos de formigó per sobre les vies on les veïnes demanaven soterraments, permetien la demostració feixista anual del 12 d’octubre a la propera plaça dels Països Catalans, etc. El CSOA fou okupat el 23 de març de 1996, dues setmanes després de l’okupació del Cinema Princesa en ple cor de la ciutat -la Via Laietana-. En aquells moments, l’Hamsa convivia amb el Cinema Princesa, la Vakeria a l’Hospitalet o l’Ateneu de Korneyà.

Per a aquells que ens vàrem iniciar en l’experiència de l’okupació amb el CSA Can Vies, el centre social de l’Hamsa era com una germana gran. Entre ambdós espais es varen teixir xarxes que conjuntament amb altres espais del barri acabarien generant l’Assemblea de Barri de Sants (ABS). Es farien activitats conjuntes, i fins i tot, es compartirien també agendes.

El 4 d’agost del 2004, després de 129 dies de resistència, el CSOA Hamsa sucumbia a les forces de l’ordre que servien els interessos d’una important cadena de supermercats que tenia l’objectiu de construir-hi allà una de les seves superfícies comercials.

FB de Sants Viu #Hamsa20anys